Por fin; ya lo podemos hacer aparecer por aquí.
Imposible una GALERÍA DE MONSTRUOS sin él ... porque bien pudiera ser el monstruo por excelencia, la encarnación misma del monstruo.
Señoras y señores, aterrorícense ... con ustedes MOBY DICK, la ballena blanca
en una excepcional lámina de J.E. McCONNELL.
Aunque, a decir verdad, ni es el único monstruo de la novela, ni quizás el más monstruoso. Otro bien pudiera ocupar perfectamente ese lugar, detentar ese título:
Tan poderosamente me afectó el conjunto del
sombrío aspecto de Ahab y la lívida marca que le señalaba, que durante unos
pocos momentos apenas noté que no poco de su abrumador aire sombrío se debía a
la bárbara pierna blanca sobre la que parcialmente se apoyaba. Ya me habían
dicho que esa pierna marfileña estaba hecha en el mar con el pulido hueso de la
mandíbula del cachalote. […] Me sorprendió la singular postura que mantenía. A
cada lado del alcázar del Pequod, y muy cerca de los obenques de mesana, había
un agujero de taladro, barrenado una pulgada o poco más de la tabla. Su pierna
de hueso se apoyaba en ese agujero; con un brazo elevado, y agarrándose a un
obenque, el capitán Ahab se erguía, mirando derecho, más allá de la proa del
barco, siempre cabeceante. Había un sinfín de la más firme fortaleza, una
voluntariosidad decidida e inexpugnable, en la entrega fija y sin miedo de esa
mirada hacia delante. No decía una palabra, ni sus oficiales le decían nada,
aunque en sus más menudos gestos y expresiones mostraban claramente la
conciencia incómoda, y aun penosa, de que estaban bajo una turbada mirada de
mando. Y no solo esto, sino que Ahab, presa de sus humores, estaba ante ellos
con una crucifixión en la cara, con toda la innombrable dignidad real y abrumadora
de algún dolor poderoso. (H. MELVILLE, Moby Dick)
Éste:
El CAPITÁN AHAB, mi favorito...
Porque, todo hay que decirlo, además de una novela, tenemos una película, basada en la novela de Melville y dirigida en 1956 por J. HUSTON, guión de R. BRADBURY e interpretada por Gregory PECK, sin duda el mejor capitán Ahab de la historia.
Aunque ya que he sido yo quien ha traído al monstruo, a los monstruos, me permito el lujo de elegir a otro Ahab, a uno propio, que me acompaña desde hace muchos años y que en estos mismos momentos me mira, y me vigila, desde una librería cercana con su penetrante y despiadada mirada.
Ahí va; el auténtico, el verdadero CAPITÁN AHAB
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