viernes, 3 de febrero de 2012

Hace ya mucho tiempo, en otro mundo, otra vida, otro curso, se nos apareció una PREGUNTA, que venía acompañada de una breve cita, un conciso pero torturante comentario contextualizador:

¿Por qué ... la fortuna en su incesante vaivén, tiene tan chocantes contradicciones? El inocente se ve aplastado bajo el peso de un castigo que merece el criminal; el vicio se encumbra en excelso trono y, siempre dominando la injusticia, el malvado pisotea el cuello del hombre recto. Se eclipsa el brillo de la virtud, perdido en sombrías tinieblas, y el justo soporta las acusaciones que merecen los malvados: éstos nada tienen que temer de sus perjurios, ni de sus fraudes vestidos de mentida apariencia.


Era BOECIO, que hacía su primera aparición entre nosotros, su primera visita.

Se puede consultar aquí, pues está en FILrioSOFÍA.



Ahora, en este mundo y en este curso, la OVEJA NEGRA ha recuperado la pregunta que daba origen a todo ello.






¿por qué los malvados logran la recompensa de la felicidad y los justos y honrados lo tienen mucho más difícil, imposible?


Luego, cuidado con la pregunta y con la oveja

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