martes, 22 de octubre de 2013

Que este chaval también quiere formar parte de esto

Arthur Schopenhauer fue un filósofo alemán perteneciente al S XIX. En su pensamiento podemos encontrar una conexión con la filosofía oriental, especialmente con el budismo, pues una de las alternativas para evitar el sufrimiento es autonegarse a sí mismo, que es muy parecido a una suerte de nirvana .Además, su filosofía se inspira en la de Spinoza y Platón, ya que los tres filósofos piensan que el mundo sensible/femoménico, se crea a partir de una única cosa: en Platón es el mundo de las Ideas, en Spinoza es Dios y en Schopenhauer es la Voluntad objetivada.También, su filosofía se entiende como la profundización hasta el final del pensamiento de Immanuel Kant. Así, tomó como base la doctrina del criticismo de Kant, para desarrollar su filosofía. Pero no aceptó la totalidad de la filosofía de Kant, sino que, al contrario de lo que pensaba  Kant acerca de la imposibilidad de conocer la esencia, cosa en sí o noúmeno de todas las cosas ( incluidas las personas), Schopenhauer creía que sí se podía llegar hasta el final, es decir, conocer la esencia de las cosas. Schopenhauer piensa que esto se puede realizar por medio de la introspección, llegando así al conocimiento de la esencia del yo. Esto es lo que Schopenhauer conoce con el nombre de voluntad y él lo considera un principio metafísico. En la filosofía de Schopenhauer se entiende la voluntad como un ser o esencia que se manifiesta sensiblemente, con carácter metafísico en el mundo fenoménico. Así, se entiende el mundo fenoménico,( el cual está esta designado por unas coordenadas espacio-tiempo otorgadas por el principio de individuación y por el principio de razón suficiente, características que no son aplicables a la Voluntad) como una representación de la voluntad imparcializada, objetivada. De esta forma la voluntad se manifiesta en todos los niveles del mundo fenoménico, pero es en el hombre donde alcanza el máximo grado, es decir, el del deseo consciente; y es en éste nivel únicamente donde la voluntad deja de ser concebida como esencia para adoptar su significado corriente, es decir, la capacidad de decidir por uno mismo. Así, donde la voluntad se expresa como un deseo consciente siempre insatisfecho nace el dolor, esto es lo que lleva a Schopenhauer a afirmar que el objetivo único, que el fin único de la vida de las personas es el dolor. Y para vencer a este dolor hay que recurrir al conocimiento, a la inteligencia, no para conseguir la felicidad sino para intentar vencer al dolor, cosa que gracias a la inteligencia se consigue con la negación de la Voluntad de vivir. Así, Schopenhauer rechaza el suicidio, porque dice que no se renuncia a la vida en sí misma, sino a la que nos ha tocado vivir. Así pues, Schopenhauer propone tres alternativas que son las siguientes:
La contemplación de obras de arte como acto desinteresado.
La práctica de la compasión.
La autonegación del yo por medio de una vida ascética.

Después de todo esto, una conclusión que podemos extraer es que el conocimiento, la inteligencia no conduce a la felicidad, sino que es una herramienta para aliviar el dolor. O dicho de otra forma, Schopenhauer rechaza el Intelectualismo moral.







1 comentario:

  1. Como ya se ha convertido en una muy buena costumbre, nos traes algo muy interesante... nada menos que una referencia, un recordatorio, a un filósofo pero de los GRANDES, MUY GRANDES...y además, buena, muy buena esa relación con el intelectualismo moral.

    Rescato inmediatamente una sección antigua que teníamos un tanto abandonada, precisamente para dar cabida a este filósofo. Me refiero a LOS GRANDES OLVIDADOS, los injusta, injustísimamente olvidados... y aprovechamos para incluir a Schopenhauer en ella.
    Me temo que a partir de ahora lo haremos aparecer, compensaremos este inmerecido olvido.
    De nuevo, gracias, Sr Gintonic

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