martes, 1 de julio de 2025

Pedro, carta para su homenaje

 

Pedro, querido compañero, maestro, refugio y AMIGO.

¿Qué palabras te podemos dedicar, cuando tenemos este nudo en el estómago que nos impide hablar?

A ti, a nuestro Pedro, al mejor orador que ha tenido y tendrá el IES Río Júcar.

Tu presencia, tu sabiduría, tu sentido el humor, tu ironía, tu filosofía de vida, llenaba la sala de profesores, los pasillos, las clases llenas de alumnos y llenaba el alma.

Pero, nos negamos a escribir en pasado, porque Pedro, la impronta que has dejado en el centro y en cada uno de nosotros, es tan hermosa, tan fuerte, tan valiosa, nos ha calado tan dentro, que permanecerá por siempre con nosotros y en cada uno de tus alumnos.

Querías que los alumnos pensaran, que tuvieran criterio, que no tuvieran miedo a expresar lo que fuera, que no se dejaran llevar por la mayoría, que fueran en esencia, personas únicas.

Únicas, como único eras tú, hablar contigo no era algo convencional, era tratar temas que merecían la pena ser tratados, aunque en ese momento no parecían urgentes, realmente eran muy relevantes y esas conversaciones comenzaban a convertirse en un maravilloso e irrepetible legado que había que cuidar y compartir.

Gracias por tantas palabras hermosas que nos has transmitido siempre, tanto a profesores como a alumnos, por animarnos a ser nosotros mismos, a saber decir si, si aquello nos alegraba el alma o, a decir no, aunque eso, nos costara alguna noche sin dormir.

Docente excepcional, de los que muchas generaciones han tenido la suerte de disfrutar y a los que, has acompañado durante todo su paso por el instituto. ¿Por qué, qué profesor es capaz de transmitir los mensajes que tú transmitías y elevar el espíritu de la chavalería?

Tenías un empeño, como a ti te gustaba decir “férreo y hercúleo” en que, el paso de los alumnos por aquí, no fuera sólo una acumulación de conocimientos, si no algo mucho menos común, algo que sólo tú, podías lograr; dedicar tiempo a pensar y reflexionar sobre esos conocimientos, integrándolos y poniéndolos al servicio de las personas. Y esa es la gran diferencia, entre simplemente tener conocimientos y poseer sabiduría y humanismo.

Esa sabiduría y humanismo, era un privilegio del que todos, profesores y alumnos, hemos podido disfrutar y aprender porque, tu sabías como hacerlo cercano, porque tu sola presencia ya era serenidad, conocimiento, cariño, sosiego y refugio.

Refugio para muchos alumnos, a los que a través de “huerto, aledaños y distintos menesteres” (porque claramente tú, no ibas a llamarle a eso, Agenda 20-30…) acompañabas en su camino, sobre todo, si tú, con algún tipo de superpoder, que a día de hoy aún me fascina, habías detectado que ese camino era más tortuoso y con más obstáculos, que el del resto de sus compañeros. Qué capacidad la tuya de saber acompañar cuando era oportuno y preciso.

Pedro, has tenido la virtud de mejorar tu alrededor y de ser para otros sentido y fuerza para seguir, demostrando un ánimo inquebrantable ante la adversidad.

Va a ser difícil salir ileso de una ausencia como la tuya. Pero, nos has dejado tal legado en forma de semillas, que fuiste sembrando poco a poco y aportando el abono que cada uno necesitábamos, que cada primavera volverá a rebrotar.

Y querría terminar estas palabras, como tú me dirías, quitando un poco de empalagosidad y demás almibares y cerrar de una forma más heterodoxa y sustancial, así que, así termino:

JODER AMIGO, NO NOS QUEDA OTRA, CONTINUAREMOS TRABAJANDO CON LA CHAVALERÍA CON DILIGENCIA Y EMPEÑO FÉRREO Y POR SUPUESTO LUCHANDO PARTIDO A PARTIDO.

 

Con el máximo respeto, admiración, agradecimiento y cariño,

Isabel

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario