En tiempos oscuros, complicados, como los nuestros, se impone la resistencia. En todos, en cualquier sentido.
Así, aferrarse a la vida es la consigna, el mejor, el lema más propio.
Pero hay gente que lo hace literalmente, que lleva al extremo más absoluto, semejante indicación. Y, quizás lo más asombroso y extraordinario, que lo hace desde el principio.
Una situación cotidiana, muy habitual, innumerables veces repetida: un quirófano, una parturienta, el equipo médico trabajando alrededor, un parto por cesárea...
Y de repente se produce esta excepcional y más que significativa escena.
La protagonista; sí, una niña, de nombre Nevaeh, que nació en Arizona, EE.UU., en octubre del año pasado. Su padre fue quien hizo y publicó la foto que, como merece, ha dado la vuelta al mundo.
Una mano tierna que se agarra como de hierro.
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