miércoles, 25 de enero de 2012

GALILEO Galilei, una historia


Uno de los principales artífices de lo que llamamos ciencia moderna, directamente implicado en la revolución científica.

Aquí van unos rasgos fundamentales de su historia.


Unos Mueren Por Defender Sus Ideas



AVISO A NAVEGANTES (a todos, por tanto), a todos los navegantes.
Habrán observado cómo al final del documento aparece nuestra querida y temida ESFINGE, y junto a ella una pregunta, una lacerante cuestión... porque cualquiera se habrá dado cuenta de que, además de ciencia y descubrimientos científicos y debates científicos, la vida de Galileo está envuelta en un episodio crucial en el que se le plantea un dilema verdaderamente peliagudo: ¿seguir manteniendo lo que sabe que es verdad pero poner en serio peligro su vida o renunciar a esa verdad, retractarse y salvar esa vida puesta en cuestión?

Galileo resuelve el dilema como lo resuelve.

Otros, unos cuantos, conocidos nuestros, se enfrentan con alternativas parecidas y resuelven en sentido contrario.


Luego, de un modo u otro, una polémica como ésa se relaciona con todas nuestras asignaturas; nos atañe, por consiguiente, a todos.

Vayan preparándose.

2 comentarios:

  1. ¡Galileo, cobarde!¡Aprende de mi ídolo Sócrates!¿Cómo te rajas de esa manera ante la Iglesia? ¿Qué podían condenarte a la hoguera? ¡Pues claro que sí! ¡Pero que tú les podías haber dado en los morros,también,!¡Habértelos llevado a tu casa y a que mirasen por uno de esos telescopis que te construiste!¿Cómo no se te pudo haber ocurrido eso? ¡Además, si ya eras un viejo, qué más da morir hoy o mañana! (Averroncho razonando enfadado e histérico)

    Pensándolo bien, hizo bien en renunciar a su descubrimiento porque Galileo estaba segurísimo de que, más tarde o más temprano, se iba a demostrar con una rotundidad tremenda la teoría heliocéntrica propuesta por Copérnico y demostrada científicamente por Galileo. No luchó por defender sus idas por eso, por que sabía que el movimiento de la Tierra alrededor del Sol era como un secreto a veces que tenían los científicos, pero que no lo decían por miedo a la Santa Inquisición.
    (Averroncho razonando tras su ración de morfina)

    ¡Aun así, mesigue cayendo Sócrates mejor, y Galileo un viejo cobarde!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se te ve, Averroncho, dubitativo, y por mucho que al final intentes recuperar la rotundidad tan propia de ti y de tu -monstruosa pero tierna- naturaleza, no consigues disipar esa impresión, la duda que te ha asaltado, la incertidumbre en la respuesta.

      Pero no es un demérito, una carencia tuya; es que el problema se las trae.
      Andamos esperando concretar uno relacionado en nuestros PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN, para ver si entre todos podemos ir aclarando un poco asunto tan espinoso, de tantas aristas.

      Con todo, recuérdale a tu sosias que se vaya preparando para lo que le viene encima.

      Eliminar