El mito de la caverna se ha convertido en una de nuestras referencias fundamentales.
Una y otra vez, y otra vez, y otra vez, se nos cruza en el camino, nos da que pensar y en qué pensar .
Y es ese mito quien nos ha traido un camino inquietante, peliagudo, de necesaria investigación: el ENGAÑO
Porque en el mito de la caverna hay engaño, impostura; es más, la propia caverna es un engaño, es un escenario de engaño, construido precisamente para el engaño. Y aunque alguien sea liberado de esa prisión, aunque alguien consiga salir por sus propias fuerzas o con ayuda de otros, la misma existencia de la cueva subterránea mantiene viva la mentira.
Porque en el mito de la caverna hay engaño, impostura; es más, la propia caverna es un engaño, es un escenario de engaño, construido precisamente para el engaño. Y aunque alguien sea liberado de esa prisión, aunque alguien consiga salir por sus propias fuerzas o con ayuda de otros, la misma existencia de la cueva subterránea mantiene viva la mentira.
Pero, cuidado, ¿se puede vivir sin engaño? ¿la vida humana, la sociedad humana puede subsistir sin engaños, sin mentiras?
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