De cierto filósofo, dicen que ya desde niño daba muestras de ingenio e inteligencia.
Se planteó una pregunta peliaguda e inquietante:
¿por qué tendría que decir la verdad si me puede ser beneficioso decir una mentira?
Pues puede ser éste un buen momento para dar una respuesta.
Si os atrevéis, claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario