viernes, 30 de diciembre de 2011

De cierto filósofo, dicen que ya desde niño daba muestras de ingenio e inteligencia.

Se planteó una pregunta peliaguda e inquietante:


¿por qué tendría que decir la verdad si me puede ser beneficioso decir una mentira?



Pues puede ser éste un buen momento para dar una respuesta.

Si os atrevéis, claro.



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