Para el hombre arcaico, el mito es una historia verdadera, que le da una explicación y sentido a toda su existencia constituyendo un "modelo ejemplar" para todas sus actividades, ya que éstas fueron realizadas por primera vez por un ser fabuloso y enseñadas por éste a los seres humanos.
Pero para el hombre de nuestros días los relatos míticos, son explicaciones que quieren imponerse no a las dimensiones intelectuales de la persona, sino solo a las emociones, es decir, el mito se adaptado a nuestras condiciones de vida incrustándose en nuestra vida cotidiana como forma de persuadir a los demás , pero también el mito se adaptó a la enseñanza por lo que muchas personas lo utilizan como enseñanza de valores morales( muchos cuentos de niños son mitos que se adaptaron para tener una determinada enseñanza)
Algunos ejemplos de como hemos adaptado los mitos en nuestra sociedad:
Los spots publicitarios que nos dicen que merece la pena, que se debe hacer, que es lo que tiene sentido.
El relato que hay sobre la ciencia que nos transmiten los medios de comunicación: la ciencia aparece como un conocimiento objetivo y definitivo capaz de liberar a las personas de sus sufrimientos y de abrir las puertas de la felicidad. Pero quien conoce la trayectoria de diferentes ramas de la actividad científica sabe suficientemente bien que no es esta la grandeza de la ciencia; son muchos los científicos conscientes de los límites de la ciencia, de su provisionalidad, de la imposibilidad de crear una teoría definitiva y de eliminar la duda. Pero pese a la inseguridad y al espíritu critico latente en el corazón de la actividad científica, los medios de comunicación la mitifican contradictoriamente: se proclama que nuestra sociedad esta dominada por la ciencia y por las noticias científicas que son transmitidas de un modo nada científico.
Y el último gran mito de la opinión publica. La opinión pública tiende a presentarse como la voz del pueblo. Pero, la opinión publica no es nada mas qué la fuerza de aquellos que tienen poder para hacer publica su opinión, pudiendo manipular y tergiversar la realidad a sus interés.
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